Lo primero, siéntate en el suelo con las piernas estiradas, las espaldas rectas y los hombros relajados. Cubre tus piernas con la toalla o el impermeable que normalmente usas para tu bebé. Coge tu bebé desnudito y lo acuestes sobre la toalla en una posición en que los dos os podáis mirar. Unta tus manos con un aceite natural o con la crema que sueles utilizar para hidratar al bebé. Y dedícale un minutito de tu mirada hacia a él. Luego, empieza el masaje. Si lo deseas, puedes seguir nuestra orientación:
1- Concéntrate en hacer movimientos con firmeza, siempre de dentro para fuera y del centro para las extremidades o de abajo para arriba. Del lado izquierdo al derecho, y a un ritmo lento y constante, moderando la presión de los dedos según la zona.
1- Concéntrate en hacer movimientos con firmeza, siempre de dentro para fuera y del centro para las extremidades o de abajo para arriba. Del lado izquierdo al derecho, y a un ritmo lento y constante, moderando la presión de los dedos según la zona.
2- Empieza por el pecho. Desliza tus manos del centro para los lados. Primero el izquierdo y después el derecho.
3- Después del pecho, masajea a sus brazos, girando al bebé de lado, sujetándolo por el hombro y haciendo movimientos ( con la otra mano) del hombro hacia el pulso, manteniendo siempre un ritmo constante.
4- Masaje las manos, estirando suavemente cada dedito. Y lo mismo con los pies y sus deditos.
5- Sitúa una de tus manos en la altura del estómago de tu bebé y deslízala bajando en dirección a la tripita como si estuviera vaciándola. Alterna los movimientos con una y con otra mano. Si tu bebé tiene problemas de gases, ese masaje le ayudará a eliminarlos.
6- Si tu bebé no es tan pequeño, puedes darle la vuelta a su cuerpo y darle un masaje en la espalda, siempre de parte central a las laterales. Él te lo agradecerá con balbuceos y grititos.
Enlace: http://www.bebesymas.com/salud-infantil/masajes-adecuados-para-cada-bebe
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